El fabricante sueco celebra estos días el décimo aniversario de su adquisición por la firma china Geely. Diez años en los que han conseguido todo tipo de éxitos en cualesquiera sea el apartado a considerar: ventas, producción, innovación y lanzamiento de nuevos modelos tan admirados y deseados como los XC90, XC60 o XC40.
Lo cierto es que esta asociación no ha podido ser más fructífera para Volvo que ha pasado a consolidar definitivamente su posición de privilegio entre las marcas de lujo.
“Volvo Cars, comenta Håkan Samuelsson su director ejecutivo, es ahora más fuerte que nunca. Con Geely iniciamos una nueva fase de éxitos que nos ha llevado a una nueva dimensión. Hemos renovado completamente nuestra cartera de productos, consolidado nuestra presencia global, duplicado prácticamente nuestras ventas y hemos pasado de cubrir gastos a tener beneficios. En el futuro la empresa va a seguir creciendo junto a Geely”.
Del XC90 al XC40
Desde 2014 y empezando con su buque insignia, el XC90, la empresa ha renovado completamente su gama con los nuevos XC60 o XC40 o las berlinas S60 o S90, coches todos ellos que se han convertido en auténticas referencias dentro de sus respectivos segmentos.
Ahora se plantean nuevos retos entre los que se encuentra el liderazgo en la electrificación, la conducción autónoma y en nuevos modelos de movilidad, forjando una colaboración aún más estrecha con marcas hermanas bajo el paraguas de Geely.
En los próximos años, Volvo quiere también que para 2025 la mitad de sus ventas globales corresponda a vehículos totalmente eléctricos y la otra mitad a híbridos.
Prueba del buen estado de forma de la compañía sueca son también son números. En 2019, Volvo vendió más de 700.000 vehículos por primera vez en sus más de 90 años de existencia.
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